martes, 13 de mayo de 2008

Retrato - sonidos de mi mañana

Me levanto con el sonido de un despertador. Lo reconozco e instantáneamente me doy cuenta que le pertenece a mi hermana. Dentro mío rápidamente lo ignoro.
Otro despertador. Esta vez es mi señal para levantarme. Con esfuerzo me levanto de la cama para apagarlo. Me vuelvo a acostar. Escucho un perro ladrar y a la distancia el pasar de un colectivo. Pájaros. El ruido del tanque de agua me dice que el baño está ocupado. Probablemente mi hermana que se entró a bañar. Unos pasos y mi madre hablando. Le esta diciendo a mi hermanito que debe levantarse. “Te dejo la comida en la heladera y no te olvides de la bebida”. Es un clásico de todas las mañanas. Sin embargo, cada vez que bajo a la cocina, la bebida esta en la heladera.
La llave de una puerta y a continuación esta que se abre. En casa todos nos encerramos cuando entramos al baño. Debe ser una costumbre que adquirimos todos a partir de que nos dimos cuenta de que mi padre entra sin tocar la puerta.
Otro colectivo. Estoy cerca de la avenida. Estos ruidos ya son parte de mi casa. El pájaro. La alarma de un auto que se dispara. Escucho ruidos de cacerolas. Platos. Choque de vidrios. Vasos. Es mi abuela que empieza a cocinar desde temprano. Guarda y saca. Abre y cierra. Luces que se prenden y apagan. Solo escucho las teclas. No las puedo ver. Deben ser del living.
Otra puerta que se abre y pasos. Una tercer alarma. Este le pertenece a mi hermano. Tiene el mismo sonido desde que tengo memoria. No espero a escuchar su puerta abrirse porque se que todavía no se va a levantar. Cada mañana le suenan entre tres y cuatro alarmas. Recién allí se levanta. Esta es la primera.
A la distancia mi madre habla con alguien. Debe ser con mi abuela. Siempre le deja una especie de instrucciones antes de irse a trabajar. Hoy va a venir tal, y después va a pasar este otro. Para cocinar hay esto. Decile a Felipe esto otro.
Pájaros. Autos. Colectivos. Perros. Pequeño silencio. Así lo podríamos llamar. Interrumpido por ruidos en el baño. El tanque de agua deja de sonar. Se abre la canilla del otro baño. La reconozco porque hace un chillido cada vez que la prendemos. Nunca la arreglamos.
Un auto que se enciende. Es el de mi madre. La reja del garaje que se abre. El auto que arranca y la reja que se vuelve a cerrar. Escucho como se aleja el sonido del auto de mi madre. Pájaros. Canilla. Tanque de agua. Colectivo. No lo diviso más.
Pasos en el piso de abajo. Los reconozco por la velocidad. Le pertenecen a mi hermana. Siempre esta apurada en las mañanas. Hace mucho ruido. Despierta a toda la familia. Evidentemente a mi no. Un avión. Mi hermanito tose. Una bolsa. Acompañada con pasos lentos. Suaves. Tranquilos. Es mi abuela que está subiendo. El tanque todavía no volvió a apagarse. Una puerta que se abre y se cierra. Mi abuela debe haber entrado a su cuarto.

Un auto se enciende y hace vibrar las ventanas de mi casa. “Hola enano”, dice mi hermana. Mi hermanito responde con voz ronca. “Hola”. Casi no lo escucho. Otra alarma. Nuevamente para mi hermano. Es el más grande. El que se levanta más tarde también. La apaga. Todavía no se va a levantar. Puedo escuchar como mi hermanito agarra su mochila. Eso quiere decir que ya está listo para bajar a desayunar para pronto irse al colegio. Pasos. Baja las escaleras.
Pajaros. La bocina de un auto. Otro que pasa a la distancia. La alarma de otro más. Uno que se enciende. Mi hermana caminando de aquí para alla. Abre un armario. Esta buscando algo. Nunca encuentra nada por las mañanas. Sus pasos. Fuertes. Pesados. Rápidos. En la cocina platos. Mi hermanito esta por desayunar. El teclado de luces. Dos personas pasan caminando por la calle. Las escucho hablar. Una bocina. Vinieron a buscar a mi hermanito. Probablemente no haya llegado a desayunar. Una silla que se corre. Se está apurando para que no lo esperen. El motor del auto que espera en la puerta de casa. Puedo escuchar como agarra sus cosas. Abre la puerta. Luego la reja. La puerta del auto que se abre y cierra. El auto que se marcha.
Una alarma. Es la tercera. Miro mi reloj. Es hora de levantarme.

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