domingo, 20 de abril de 2008

El Lugar - Tercera visita - Desarrollo - Los Peces de Enoshima

Esta vez el espacio de observación fue "todo lo que no es el espacio elegido".
Este espacio se opone al elegido ya que en él encontramos vida.
Movimiento.
Huellas que dejan las personas al pasar por un lugar.

La taza de café vacía, el diario, la frazada arrugada, la silla corrida, papeles, revistas desordenadas, plata, billetera, medicamentos, llaves, baldes, ropa sucia, ropa limpia, ceniceros, carilinas, alfombras corridas, fosforos, plancha, radio, control remoto, libros, ropa, tetera, galletitas, servilletas, teléfono, despertador, bolsos.

Podríamos hablar entonces de huella directa, en cuanto a este espacio, lleno de vida, donde encontramos el reflejo puro de la vida en la casa de Ruth. Lo REAL.
Y la huella diferida. El living. Como una foto publicitaria. Inmóvil. Perfecta. Hay intervención. No refleja la realidad. O si lo hiciera, una realidad controlada, manipulada para ser lo que es. Ficcional.

Ahora sí, citando a Fontcuberta, digo "la fotografía es tan maleable y tan falible como la memoria". Esto es lo que va a guiar a mi próxima visita. Mirar las huellas de Ruth de la misma manera que miré su living.

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